miércoles, 22 de septiembre de 2010

Y los pollos dominaran la tierra...


El trabajo de Abdul Vas nunca nos deja indiferentes. Ya nos impactó hace unos años con sus pollos fashion y roqueros, del Kukus Klan. Ahora regresa a Madrid para continuar con su relato neofuturista y apocaliptico en el que los camiones de largo recorrido se convierten en protagonistas. Se que suena raro, pero estas palabras de Edu Hurtado (nuestro comisario-curator de cabecera) lo explican a la perfección:

La maravilla de la ciencia, el poder de la razón, que una vez constituyeron los principios máximos de la Modernidad, modificaron el origen de la vida. La genética procuró herramientas para aniquilar la imperfección y la creencia se transformó en hecho. Todo fue modificable, transmutable y variable al antojo de unos pocos. La raza humana, desbordada por los ritmos del hipercapitalismo caníbal, no supo construir más allá de la aniquilación. Se cumplieron las profecías y todo fue destruido.

Una nueva élite de pollos mutantes, erigidos por obra y gracia de la transgénesis, suplantó a la civilización que una vez tuvo el control de la producción. Y los humanos, sobrevalorados en potencial y fundamento, fueron erradicados de la faz de la tierra por medio de una revolución sin precedentes. La quimera sometió a su creador. La humanidad tal y como la conocíamos ha desaparecido. Todo cuanto supimos se ha perdido. Sólo han quedado las ruinas.

En este nuevo orden en el que los pollos dominan la tierra, la iconografía posmoderna, el fenómeno fan y las rutas comerciales han sido asimiladas por el nuevo régimen. Los pollos son ahora estrellas de rock, mafiosos, prostitutas de lujo, jugadores de baseball o transportistas. Los pollos imponen sus normas. Se han apoderado no sólo de los referentes agónicos de los humanos y de su estructura social para conseguir que el mensaje de los AC/DC, héroes del hard rock, se convierta en el nuevo decálogo ideológico.

No relatamos el prólogo de una nueva serie apocalíptica de ciencia ficción, sino los principios constitutivos del mundo imaginado por Abdul Vas (Venezuela, 1981). Un universo iconoclasta basado en la descripción taxonómica de un sin fin de personajes, que subvierten la idea de occidentalizad, género y pertenencia. Es, en si mismo, un monstruo.

Desde esta concepción mutante, de show de los horrores, el trabajo de este artista es capaz de generar una bomba de interferencias y referentes en la que no hay control posible, ni destino final. El asunto que plantea, desde lo extraño y bizarro, arremete sin miedos contra todo sentido y toda idea de anclaje. Sus imágenes nos resultan familiares, por barrocas. Recuerdan a las apreciaciones estéticas más infantiles y a los dibujos más intuitivos. Invocan a la estética oscurantista del black rock y al porno animado de los años ochenta. Nos atrapan de una manera rotunda. Lo grotesto, desde lo intimista, aparece revisando composiciones que ya nos son conocidas pero al mismo tiempo enmarañan un tejido representacional que nos rechaza. Relacionado con la propia identificación del autor con un imaginario mixtificado, todo este mundo de pollos “Metal”, pudiera estar escondiendo una poética metáfora sobre la destrucción de la utopía moderna. Aquí nuestra sociedad toma una forma de humanoide desplumado que por cercana, asusta.

El argumento del proyecto expositivo que plantea, con este nuevo proyecto de Casado Santapau al que nos referimos, está dentro de toda esta ingente proyección de elementos, pero habla específicamente de la relación de esta nueva especie de pollos humanoides con las máquinas. En concreto, con los grandes artefactos de transporte de mercancía por carretera, símbolo del poderío imperialista norteamericano: los camiones de Navistar. Y es que, en el inventado universo de Vas, los pájaros -en un intento por encontrar en los confines de la galaxia a los AC/DC- se han mezclado con estas super-máquinas dando lugar un híbrido al más puro estilo “Jayce et les Conquérants de la lumière”. Los dibujos de esta serie aluden a la simbiosis de estos superpollos con el nuevo modelo de camión Lonestar y sus rutas comerciales para transportar el mensaje de la nueva raza.

La obra interdisciplinar de Abdul Vas, que como él, es difícilmente clasificable, se relaciona con artistas de directa referencia en la historia de vanguardia como James Ensor, con las operaciones del expresionismo alemán o con las ideas más radicales de la transvanguardia italiana. Su trabajo aborda, más concretamente dentro del contexto español, un nuevo lenguaje que nada tiene que ver con la construcción de un discurso sólido, más o menos adecuado a los cánones imperantes, al que estamos acostumbrados. El trabajo de Vas no es común. No está dentro de un canon, de ninguna escuela. No tiene maestro al que aferrarse. Está puramente contaminado. Es poluto. Bizarro. Macarra. Y por ello, al no responder a ninguna fórmula, a ninguna ley y a ningún control, es uno de los planteamientos más atractivos dentro de nuestro anodino y templado panorama de trabajo.


Texto by Edu Hurtado




OPENING RECEPTION: 20 PM

27/10/2010 – 11/12/2010
Casado Santapau Gallery
Conde de Xiquena 5
28004 Madrid Spain

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